Doing the math vs. Faith / Sacar cuentas vs. Fe

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 ENGLISH

Earlier this year I did a 21-day fast where I focused on seeking God’s direction for the coming months. Do I stay in the U.S. or do I return to Venezuela? That was the big question. It was during this time that the Lord led me to the decision to stay  and live with my family. Then all the other questions began: Now what will I do with my life? How long will I stay here? What about all my things that I left in Venezuela? What will I tell people? All this and a thousand more questions where in my mind. 

In February I went to a conference called “The Send” whose purpose is to encourage Christians to live a life where their lifestyle and beliefs are not disconnected. This conference made a call to proclaim the message of salvation and transformation in Jesus Christ by adopting different mission fields: schools, universities, communities and nations. I have always felt in my heart a calling to be a missionary and my passion is for the nations that do not know Him yet, but it was at this moment that I commited to GO. I decided to go from having a desire, to taking action. At the end of this conference we were invited to participate in a 40-day fast, seeking God’s direction to know what this “taking action” would mean. 

During this second fast, I began to look at what missionary training programs there were and I found thousands of options, thank God, but there were so many that I became a little overwhelmed. I started writing down everything about them: their vision, where it was, how long it lasted and costs, especially COSTS. In my mind subconsciously, this was something that was limiting me (and God) a lot.

Coming from Venezuela, one of the countries with the highest hyperinflation in the world, where there was no possibility of saving money, starting a new life in the United States where I don’t know many people; paying for thousands of dollars in training was something I saw as impossible. But my God only needs a little of our faith and that we do our part, and He will do his. Sometimes it is a faith that seems crazy, a faith that doubts, that comes and goes; but in the end He just needs us to have faith as small as a mustard seed to do big things through us (you can see a series about what it is to have faith in this link). 

I decided I would make a decision at the end of those 40 days of fasting and it was just at this time that a friend had a dream where I was crying inconsolably and God clearly spoke a word to me in her dream: “God tells you not to worry. He is the owner of all the gold and silver, for Him there is no amount too large. You are only an administrator of HIS resources. All you have is His.” This confronted me quite strongly: I had to decide if I was going to make decisions based on doing the math with what my eyes could see (the numbers in my bank account and the amount of people I knew) or was I going to take a step of faith trusting God 100%.

I went for the second option, and decided to choose the program that captured my heart from the beginning: The World Race with Adventures in Missions (despite being the most expensive and the one I saw as my most impossible option). As you can see God has been amazingly good and has honored my little faith. What seemed crazy, something impossible to achieve, today I am seeing fulfilled in front of my eyes: To this date I have almost 70% of the resources I need to cover my expenses!!! This means more than $13,000 and its only possible thanks to a miracle from God and the support of all of you who read me. Thank you, thank you, thank you!! The Lord continues to surprise me every day with the generosity of the hearts of so many people who have supported me and given me spiritual covering. Again, THANK  YOU!!!

And in all this I have learned many things, but the one thing that has impacted me the most is this: all we have is all we need. God does not expect us to have perfect conditions in our lives to carry out His will, He only wants our yes. He does not want us to have more money, more preparation, more time, more things, more more more… (there will always be something to stop us or that we use as an excuse for not answering His call, whatever it may be) He wants us to put Him first and everything else will be added. And for that we need faith. Faith to fully trust in Him, to say yes even if we don’t see all the details or when it doesn’t make sense, even if we don’t have the step by step of all His plan. He can do so much more than anything we can ask or imagine (Ephesians 3:20) We just have to have a little faith to say yes and He will take care of the rest!

“Therefore, faith is the assurance of things hoped for, the conviction of things not seen.” Hebrews 11: 1 

“I assure you that, if you had faith as small as a mustard seed, you could tell this mountain: “Move from here to there” and it would move. Nothing would be impossible for you.” Matthew 17:20

ESPAÑOL

A comienzos de este año hice un ayuno de 21 días donde me enfoqué en buscar la dirección de Dios para los próximos meses. ¿Me quedo o me regreso a Venezuela? Esa era la gran pregunta. Fue durante este tiempo que el Señor me guió a tomar la decisión de quedarme un tiempo indefinido viviendo con mi familia. Entonces comenzaron todas las otras preguntas: ¿Ahora qué haré con mi vida? ¿Cuánto tiempo me voy a quedar? ¿Y todas mis cosas que dejé en Venezuela? ¿Qué le voy a decir a la gente? Todo esto y mil preguntas mas bombardeaban mi mente.

En Febrero fui a una conferencia llamada “The Send” cuyo propósito es animar a cristianos a vivir una vida donde su estilo de vida y creencias no estén desconectadas. Esta conferencia hacía un llamado a proclamar el mensaje de salvación y transformación que hay en Cristo Jesús adoptando distintos campos misioneros: escuelas, universidades, comunidades y naciones. Siempre he sentido en mi corazón el llamado misionero y mi pasión está en las naciones que no le conocen aún, pero fue en este momento que me comprometí a ir. Me comprometí a pasar del deseo a la acción. Al cierre de esta conferencia, nos invitaron a hacer un ayuno de 40 días buscando dirección de Dios para saber que significaría esto de “pasar a la acción”.

Durante este segundo ayuno, comencé a investigar y ver qué programas de capacitación misionera habían y conseguí miles de opciones gracias a Dios, pero eran tantas que me abrumé un poco. Empecé a anotar todo acerca de estos programas: visión, dónde quedaba, cuánto tiempo duraba y costos, sobretodo COSTOS. En mi mente inconscientemente esto era algo que me estaba limitando a mí (y a Dios) muchísimo.

Viniendo de Venezuela, uno de los países con mayor hiperinflación en el mundo donde no existían posibilidades de ahorro y llegando a empezar una vida nueva en los Estados Unidos donde no conozco a mucha gente, costear alguna capacitación de miles de dólares era algo que veía como imposible. Pero mi Dios sólo necesita un poco de nuestra fe y que hagamos nuestra parte para El hacer la suya. A veces es una fe que parece loca, una fe que duda, que va y viene; pero al final El sólo necesita que tengamos fe tan pequeña como un grano de mostaza para hacer cosas grandes con nosotros (puedes ver una serie de prédicas acerca de lo que es tener fe en este link).

Me propuse tomar una decisión al final de esos 40 días de ayuno y fue justo en este tiempo que una amiga tuvo un sueño donde yo estaba llorando desconsoladamente y Dios le habló claramente una palabra para mí en su sueño: “Dios te dice que no te afanes. El es el dueño del oro y la plata, para El no hay monto demasiado grande. Tu eres sólo administradora de SUS recursos. Todo lo que tienes es suyo.” Esto me confrontó mucho: tenía que decidir si iba a tomar decisiones basadas en sacar cuentas según lo que mis ojos veían (los números en mi cuenta bancaria y la cantidad de gente que conocía) o si iba a tomar un paso de fe confiando 100% en Dios. 

Me fuí por lo segundo, y decidí escoger el programa que capturó mi corazón desde un comienzo: The World Race con Adventures in Missions (a pesar de ser el mas costoso y que veía como mi opción más imposible). Como pueden ver Dios ha sido demasiado bueno y ha honrado mi poca fe. Lo que parecía una locura, algo imposible de lograr, hoy lo estoy viendo cumplirse frente a mis ojos: ¡¡¡A la fecha ya tengo casi el 70% de los recursos que necesito para cubrir mis gastos!!! Esto significa mas de 13.000$ y sólo es posible gracias a un milagro de Dios y el apoyo de todos ustedes que me leen. ¡¡Gracias, gracias, gracias!! El Señor no deja de sorprenderme cada día con la generosidad de los corazones de tantas personas que me han apoyado y dado cobertura espiritual. Nuevamente, ¡¡¡GRACIAS!!!

Y en todo esto he aprendido muchísimas cosas, pero la que más me ha impactado es esta: todo lo que tenemos es todo lo que necesitamos. Dios no pretende que estén las condiciones perfectas en nuestra vida para llevar a cabo Su voluntad, El sólo quiere nuestro sí.  El no quiere que tengamos más dinero, más preparación, más tiempo, más cosas, más más más… (siempre va a haber algo que nos frene o que consigamos como excusa para no responder a Su llamado, cualquiera que sea) El quiere que lo pongamos a El primero y todo lo demás vendrá por añadidura. Y para eso necesitamos fe. Fe para confiar plenamente en El, para decir que sí aunque no veamos todos los detalles y no tenga sentido, aunque no tengamos el paso a paso de todo Su plan. El puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir (Efesios 3:20) ¡Sólo tenemos que tener un poco de fe para decir que sí y El se encargará del resto!

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Hebreos 11:1

“Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.” Mateo 17:20